I
He caminado muchos
senderos. Cuando descanso la luna me guiña un ojo. Viejo calzado lleno de
recuerdos. Ayer te vendieron en un mercado del pueblo. Tu historia me sabe a
polvo. Si te dijera lo que me contaron.
II
En mi caja de
zapatero remendón tengo guardadas mis esperanzas. No existe negligencia. Es que
a veces los ojos se me llenan de agua y los suspiros se me atoran en la
garganta.
III
El sol me ha doblado
la espalda. Los zapatos me sacaron ampollas. Soy de oficio barrendero. Mi padre
fue barrendero. Mi hijo será barrendero. Pero tenemos agallas. Somos vástagos
de un mismo Dios.
Julio de 1993
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