viernes, 12 de abril de 2013

EL ARRIBO DEL UNICORNIO




Hoy es la noche de la buena estrella. Mágicas horas en que la luna riela sobre las tranquilas aguas del río sin nombre. 

Un unicornio, imaginado en sueños de espera, cabalga sensual es las estepas de mi piel sedienta, Cuánta armonía, cuánto conocimiento mutuo, cuánta ansiedad por ser besados los cuerpos, cuánta epidermis por recorrer. 

Se paladean las oquedades, se siente la humedad del deseo, se estimula el tiempo de la espera. El clímax es efervescente. No se mueve el aire, la luz es tenue, las respiraciones agitadas y el sonido son las palpitaciones de dos corazones en plena ebullición. 

El unicornio arremete, relincha, moja los belfos, despliega la crin; el cuerpo permanece embelesado ante la belleza del corcel. 

Cuando el termómetro termina de caer, el unicornio se marcha y se pierde entre la noche de la buena estrella. 

José González Gálvez


Octubre 21 de 2012

SUITE PARA UN CLAVICÉMBALO

Para Pilar López González


Me dejas instantáneamente sin habla
y con el débil corazón henchido
mis ojos dilatados miran asombros
y escuchan los oídos prístinos sonidos.

José González Gálvez


Mayo de 2011