miércoles, 7 de diciembre de 2016

ODA A LOS PIES


                                                                      La huella de su pie
                                                     es el centro visible de la tierra.
                                                    Octavio Paz

                                                    Tus pies toco en la sombra.
                                                     Pablo Neruda


Es tarde, el horizonte dibuja colores sepia
matices donde tus huellas me persiguen sin sosiego.
Amo ser tu amante clandestino
es un fetichismo arriesgado
que supera la crisis
de un día trastocado en nocturna noche.
Tus pies enormes me enloquecen
me provocan tus dedos
que danzan libres, sin prejuicios
sobre mi amor impostergable
una llama votiva que resplandece
en el aroma de mi cuerpo abierto.
Quiero oler tus pies, besarlos, lamerlos
hasta que mi boca se ensanche como pez barbado
en movimientos continuos, acompasados
sutil latido en tierra fértil, humo que asciende.
En mi pupila trastornada la luz es ciega.
Deseo que camines en mi espalda
mapa terrestre conquistado
cielo aplacado y dividido
cordillera ósea hasta el coxis.
El crujido de hojas secas en el suelo
es polvo que se convierte en nubes
nervaduras que parecen osarios.
Tu dedo primero horada
el anillo que se sujeta y no cede.
Quiero que tus dedos como peine
acaricien mi cabellera olorosa a cedrón
que tus pies y los míos se tallen y entrecrucen
en un lenguaje secreto, primitivo.
Sueño que el arco de tus pies se amolda
a la curvatura de mis nalgas
a mi sueño de ser tu esclavo
a pertenecerte para siempre
arrastrándome y seguir tus huellas
saboreando el almizcle que tengo pegado en la lengua.
El día derrama luminosidad y me reconoce
sometido a tu capricho de rey astro
mi cuerpo es un cuerpo entregado, sumiso.
Puedes desbaratarme  
reconstruirme cuando te plazca.
En mi sueño pintado de añil
tus pies son la saeta que me atraviesa
una vez más hasta el infinito.

Junio de 2015