viernes, 2 de octubre de 2015

DOBLE CÍRCULO EN ESPIRAL COMO UN GLIFO


¡Despierta Mallinali, despierta! ¿Qué tanto sueñas que jadeas a cada rato? ¿Acaso recuerdas mi Señora esas manos blancas que te acariciaban siempre? Esos dedos que vinieron del mar y tocaban con desesperación tus senos pequeños, tu abdomen plano y tus nalgas redondas. ¿Cuántos nombres, cuantos?  Alonso, Hernando, Juan. ¿Cuántos mi Señora, recuerdas acaso? Malintzin en náhutl hierba para hacer cordeles, luego Tenépatl la que habla con vivacidad, cuando conviviste con los conquistadores, y ahíta te entregaste a ellos ¿por despreció a tu raza? ¿por venganza mi Señora? ¿te viste acaso en el espejo ahumado de Tezcatiploca? ¿Qué te sucedió? ¿Por qué cambiaste el rumbo de la historia? Te bautizaron con agua y no con sangre como era nuestra costumbre, te entregaste a sus ritos bárbaros con un Dios que sufre clavado en una cruz, entonces fuiste Doña Marina en su lengua y te olvidaste de nosotros tus hermanos. Ardió Tenochtitlán y la grandeza se hundió en sus cenizas. El odio de nuestra raza te nombró la Malinche y te maldijo para toda tu existencia. Vagaste cargando a tu bastardo, no sabemos si lloraste masticando el ácido de tus entrañas, pero en Las Honduras, una epidemia de viruelas te carcomió la piel y las bubas te olían a excremento de caballos. Un collar de chalchihuites se rompió en una retacería de sueños.

¡Despierta Mallinali!

José González Gálvez 

Coatzacoalcos Veracruz 2015




GUADALUPE AMOR ES SIEMPRE PITA

           Tus senos tienen un lejano sabor a continente.
             Eraclio Zepeda
                             
              Para Fernando Martínez González y Alexander Gristo Savornin

De la tinta bautismal de Salvador Novo
nació la undécima musa
columna al rojo vivo, lava que al tocarse abrasa
un instante portentoso
borrasca que nunca duerme
un hito en el espacio de las letras.
Nada de Ave Fénix, tampoco hierofante de Eleusis
sólo Pita, únicamente ella
mujer que escribe cuando el dolor lacera.
Tu cuerpo inmortal, incorrupto en cenizas
que el hielo incendia
fue plasmado para siempre
por Raúl Anguiano, Diego Rivera y Juan Soriano
entonces Pita, tu nombre es rescoldo de inquietudes
acertijo en la fisura de la historia
poemas que fueron tu penitencia.
¡Ay Pita de mil amores!
Eterno resplandor del Paseo de la Reforma
los hilos de la memoria te traicionaron
cobraron su peso en oro
terminaron siendo bisutería.
¡Yo soy la Reina de la Noche!
Gritabas eufórica
desabotonando tu espléndido abrigo de mink
carne transparente fina porcelana
súbita imagen de pétalo y rocío
pavesas de una lumbre que arde y quema.
Te paseabas oronda por la Zona Rosa
con tu sombrilla ridícula y tus flores de papier mache
vendiendo tus autorretratos
y las ingenuas gallinitas ciegas.
¡Ay Pita de mil amores!
El olvido te envolvió en su sábana percudida
se perdió el deseo consumado
la fiebre que embriagaba tus sentidos
terminaste fulminada por la neumonía
dentro de gases enrarecidos
en una clínica de San Jerónimo.
Te marchaste como siempre lo habías pedido
llena de esa ansiedad humana que te carcomía
liviana, palpable, insumisa
marchaste soberbia al encuentro con Dios
que tanto habías mencionado en tus décimas.

Enero de 2014


Imagen: Diego Rivera