sábado, 26 de septiembre de 2020

ROSA AURORA

 


Es la voz tenue de Rosa Aurora la que susurra: “michito, gatito no te escondas, michito ven a jugar conmigo”. Church arrinconado se enrosca y maúlla fingiendo dolor. Sus ojos como carbunclos insólitos la miran fijamente. La nena, primorosamente vestida de blanco se hinca, y agachada busca debajo de la cama. El minino completamente albino continúa ronroneando mientras mueve la cola de un lado hacia otro. Rosa Aurora lo descubre y sonríe. Agitada se lleva la mano a los bucles dorados que le caen sobre la frente. Se levanta y feliz corre para abrazarlo. El felino, ahora inmóvil como esfinge, sigue recostado en el rincón. La niña con el rostro arrebolado de felicidad se acerca para acariciarlo. El gatito sin dejar de mirarla con esa luz rojiza, se yergue altivo y de un zarpazo hiere el organdí almidonado del vestidito blanco, convirtiéndolo en una hemorragia pulsante.

 

José González Gálvez

Coatzacoalcos. Martes 8 de septiembre de 2020   

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