“Volvamos al Golem.
Se supone que si un rabino aprende o llega a descubrir el secreto nombre de
Dios y lo pronuncia sobre una figura humana hecha de arcilla, ésta se anima y
se llama Golem. En una de las versiones de la leyenda, se inscribe en la frente
del Golem la palabra EMET, que significa verdad. El Golem crece. Hay un momento
en que es tan alto que su dueño no puede alcanzarlo. Le pide que le ate los
zapatos. El Golem se inclina y el rabino logra borrarle el aleph o primera
letra de EMET. Queda MET, muerte. El Golem se transforma en polvo.”
Jorge Luis Borges
Obras Completas
III, Barcelona Emecé 1989
No hay comentarios:
Publicar un comentario