martes, 9 de octubre de 2018

UN POEMA DE FRIDA KAHLO



Diego:
Nada comparable a tus manos
ni nada igual al oro – verde de
Tus ojos. Mi cuerpo se llena
de ti por días y días, eres
el espejo de la noche, la luz
violenta del relámpago, la
humedad de la tierra. El
hueco de tus axilas es mi
refugio, mis yemas tocan
tu sangre. Toda mi alegría
es sentir brotar la vida de
tu fuente – flor que la mía
guarda para llenar todos
los caminos de mis nervios
que son los tuyos.

Fotografía: Imogen Cunningham


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