También de amor muero a veces
y pido morir amando
mientras la docilidad de tus besos
escarcha mi piel
aterida por el viento.
A veces muero de amor
cuando tus lágrimas bañan mi pelvis
y tus caricias me saben
a sal de muchos sueños
en el tiempo conjugado de los verbos
en la quemante soledad de tu pasado.
Muero porque muero
al sentir tus dudas cubriendo mis deseos.
Pido muerte de amor únicamente
al abrirse las heridas de tu cuerpo
y el molusco de tu sexo se humedece.
Entonces de amor muero
y así, hasta morir me sabe a muerte.
Junio de 2001
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