miércoles, 3 de abril de 2019

PABLO NERUDA: SU VEHEMENCIA POR LA MAR ATLÁNTICA

Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy.
El río anuda al mar su lamento obstinado.

El virtuosismo lento y pausado de “Una canción desesperada” del poeta chileno Pablo Neruda, nos ofrece una atmósfera de agua de mar en continuo ajetreo. De un oleaje quieto, a veces golpeado por el viento contra los pilotes de un muelle de madera o cemento. Nos habla de buques que se van a pique, hundimientos  que pudieron ser y no fueron, de faros y de buzos ciegos, en un ritmo inusual, que se antoja como una barcaza olvidada por sus pasajeros. De escombros y pájaros negros, tan negros como la noche misma.

  El autor nos describe un mar desquiciante que ahora yace en cementerios, de un recuerdo que no se puede extinguir a pesar de tener encima la tumba del tiempo. Nos explica en metáforas puras, todo un reciclaje de sentimientos que se atraen y se rechazan como si fuesen polos opuestos. En su estribillo: -todo en ti fue naufragio- da el toque crucial del contenido de su oda que huele a flores de mar.

   Poeta de hoy y de toda la vida, poeta que no se niega, que se acepta porque sus palabras se nutren del fondo marino, “Una canción desesperada” evoca la Isla Negra de sus últimos momentos, donde una mujer de amor, lo acogió entre sus brazos para siempre.

Es la hora de partir. Oh abandonado!

Enero de 1991

No hay comentarios:

Publicar un comentario