En un alcatraz, tu mano
recogió el polen, y lenta
vino a mí, en la sed violenta
de tu mirar sobrehumano;
y en mí la untó con desgano,
dejándome fecundada
del polen y tu mirada.
Fue tan mágico el contacto,
que toda entera, en el acto,
fui en polen multiplicada.
Fotografía: Imogen Cunninghan
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