XLI
Allá en el viejo París
muy cerca de Notre - Dame,
los gatos vienen y van
en un eterno desliz.
Dicen que el viejo Matisse
poseía un gato hechizado
era celeste y plateado
con vetas color de olvido
yo tengo un gato dormido
¡en mi sangre encarcelado!
Editorial V Siglos 1975
Imagen: Henry Matisse
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