miércoles, 24 de enero de 2018

COMO AGUA PARA CHOCOLATE


Las mujeres solemos escribir triste. [...]. Nos entume la nostalgia, nos engarrota el recuerdo, nos vence la cotidianidad que todo lo cubre con la grisura de su polvo. [...] Pero un libro como "Como agua para chocolate. Novela de entregas mensuales con recetas, amores y remedios caseros" nunca lo había visto en el valle de lágrimas de la literatura mexicana [...]. Empecé a leerla de mal talante, el grueso manuscrito de más de doscientas páginas pesándome sobre las rodillas; a partir de la página quince el tiempo se me fue volando y al terminarlo bendecía yo a Laura Esquivel, la cubría de besos, tenía ganas de conocerla, casarme con ella, llorar de felicidad sobre las cebollas finamente picadas, gozar del olor que despiden sus guisos, conocer a fondo todas sus recetas de vida, moles, especias, pelar ajos y limpiar chiles.

Elena Poniatowska





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