Me niego a olvidar tu
nombre. Eres labios que humedecen mi boca, imagen prendida en mi conciencia,
calor quemante en la piel, fermento de cielo, implosión de estrellas, diáspora
de libélulas, cenizas que refulgen vida, latido de espigas en silencio, dermis
azúcar mascabada, ojos como alondras que vuelan en otoño.
Anoche te soñé: un mar plácido de
caléndulas se desplazaba lentamente a tus lados. Tu cuerpo dormido estaba
cubierto de ventanas, y a través de ellas descubrí tu alma nimbada de luz
insólita, una reverberación sublime como la cresta pulsátil de la aurora boreal.
Me niego a olvidarte, tu nombre está
anclado en la membrana transparente de mi corazón. Un corazón abierto en sus
cuatro cavidades.
José González Gálvez
José González Gálvez
Xalapa de Enríquez
agosto de 2018
Imagen: Nadine Markova
Imagen: Nadine Markova
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