sábado, 30 de septiembre de 2017

LA CASA ETERNA DE OCTAVIO PAZ


OCTAVIO PAZ LOZANO, nació en la ciudad de México el 31 de  marzo  de 1914 en una vieja casona ubicada en Mixcoac. Fue poeta, narrador, ensayista, traductor y editor. Estudió en las facultades de  Leyes y Filosofía y Letras de la Universidad Nacional. Publicó su primer libro de poesía, “Luna silvestre”, en 1933. Conforman su obra poética quince títulos.

Como ensayista, produjo trabajos de una relevancia indiscutible, no sólo en el ámbito literario sino también en la discusión política, moral y filosófica de las ideas. “El laberinto de la soledad” (1950) constituye una de sus más lúcidas reflexiones en torno del espíritu nacional y de la idiosincrasia del mexicano.

Fungió además como editor y divulgador de la cultura mexicana y universal. Fundó y dirigió las revistas “Barandal” (1931), “Taller” (1938-1941), “Plural” (1971-1976) y “Vuelta” (1976).

En 1955 constituyó  el grupo poético “Poesía en Voz Alta”, conjuntamente con Juan José Arreola, Juan José Gurrola, Juan Soriano, José Luis Ibáñez, Héctor Mendoza y Leonora Carrington; y posteriormente inició una colaboración en la “Revista mexicana de literatura” y en “El corno emplumado”. En ambas publicaciones defendió las posiciones experimentales del arte contemporáneo.

A partir de 1991 dio inicio la publicación de sus “Obras completas”, ordenadas y revisas por él mismo, planeadas en catorce volúmenes con casi la totalidad de su fecunda tarea literaria.

En 1990 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura. Al respecto,  Paz mencionó en una entrevista: “El Nobel no es un pasaporte a la inmortalidad. La relativa inmortalidad de las obras literarias y artísticas lo da la calidad.

Tres mujeres marcaron definitivamente la vida de Octavio Paz: Elena Garro, Bona Tibertelli de Pisis y Marie-José Tramini. Para el creador de poemas, las mujeres que duermen a su lado: “se convierten, con sus monumentos y sus estatuas, sus historias y sus leyendas, en un manantial hecho de muchos ojos y cada ojo refleja el mismo paisaje detenido”.

Paz se mantuvo siempre en el centro de la discusión artística, política y social del país. Su poesía se adentró en los terrenos del erotismo, la experimentación formal y la reflexión sobre el destino del hombre.

La noche del 19 de abril de 1998, víctima de cáncer, fallece a la edad de 84 años en la Casa Alvarado de Coyoacán.

                    “Mi casa fueron mis palabras. Mi tumba el aire” 

 José González Gálvez 

Septiembre de 2010

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