jueves, 21 de febrero de 2019

EROS FRENTE AL ESPEJO

La herramienta fundamental de la escritura desde el periodo Paleolítico superior es el erotismo. Así lo demuestran las imágenes de hombres con el sexo erecto; como el personaje itifálico de la cueva de Altamira, o la figura fálica de la gruta de Gourdan.

     Eros y Tanatos se dan la mano en un maridaje un tanto bizarro, una vinculación que no podrá separarse en el transcurso de la historia. Así encontramos en la caverna de Lascaux en una de sus paredes, la imagen de un hombre con cabeza de pájaro y sexo erecto que se desploma ante un bisonte herido de muerte con las entrañas colgando. Es el tema del pecado original adelantándose a la Biblia, la muerte unida a la transgresión, a la exaltación sexual, al erotismo.

     En la historia del erotismo, la religión cristina asumió una trayectoria recalcitrante: su condena. En la medida en que el cristianismo influyó en los destinos del mundo, intentó despojarlo del erotismo. Sin embargo, en el Antiguo Testamento existen demasiados pasajes eróticos que sobrepasan la intención de tal condena.

     Humanidad y erotismo se enlazan, se besan delicadamente y se repelen bajo normas obsoletas. Escribió Octavio Paz: Los actos eróticos son instintivos; al realizarlos el hombre se cumple como naturaleza.

    En esta nueva antología, la segunda entrega de Susurros de Eros, la poesía de autor es enérgica y contundente. Es poesía de varios autores que se desprenden el corazón para rozar con él, esa tenue piel donde el erotismo florece. No hay vuelta de hoja, los poetas aquí reunidos lucharon incansablemente consigo mismos para ofrecer lo mejor de su obra. Las palabras fluyen y los adjetivos son incuestionables. Entre las páginas de este libro, como en la vasta mar océana, navegan connotaciones anatómicas, geográficas, culinarias, meteorológicas, zoológicas, astronómicas, botánicas, históricas, mitológicas, también hay fotografía y pintura; los sustantivos permanecen, los verbos se agrandan, las metáforas abundan, su riqueza es inagotable.

     En este poemario hay escritores de México, El Salvador, Cuba, España, Brasil, Costa Rica, Nicaragua, Perú y Colombia. Es una nueva Babel donde el erotismo se abraza, se hermana, se despoja de falsas máscaras y se entrega al ritual cadencioso de la carne trémula. Escribió el poeta colombiano Antonio Acevedo Linares: La poesía canta el deseo de los cuerpos amorosos que se aman también en las palabras.

    Existe una agitación de expresiones llenas de deseos culposos, un sonambulismo de pieles errantes, el canto sublime de la floración de los sexos, una revelación prudentísima entre la vigilia y el sueño. Son setenta y cinco poetas que se miran al espejo y se asombran, ¿la razón?, frente a la pátina del cristal sus rostros se transfiguran y se descubren pulsátiles. El erotismo teclea los cinco sentidos en sus cuatro puntos cardinales.

José González Gálvez

Febrero de 2019  

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