¡Despierta Mallinali,
despierta! ¿Qué tanto sueñas que jadeas a cada rato? ¿Acaso recuerdas mi Señora
esas manos blancas que te acariciaban siempre? Esos dedos que vinieron del mar
y tocaban con desesperación tus senos pequeños, tu abdomen plano y tus nalgas redondas.
¿Cuántos nombres, cuantos? Alonso,
Hernando, Juan. ¿Cuántos mi Señora, recuerdas acaso? Malintzin en náhutl hierba para hacer cordeles, luego
Tenépatl la que habla con vivacidad,
cuando conviviste con los conquistadores, y ahíta te entregaste a ellos ¿por
despreció a tu raza? ¿por venganza mi Señora? ¿te viste acaso en el espejo
ahumado de Tezcatiploca? ¿Qué te sucedió? ¿Por qué cambiaste el rumbo de la
historia? Te bautizaron con agua y no con sangre como era nuestra costumbre, te
entregaste a sus ritos bárbaros con un Dios que sufre clavado en una cruz,
entonces fuiste Doña Marina en su lengua y te olvidaste de nosotros tus
hermanos. Ardió Tenochtitlán y la grandeza se hundió en sus cenizas. El odio de
nuestra raza te nombró la Malinche y te maldijo para toda tu existencia.
Vagaste cargando a tu bastardo, no sabemos si lloraste masticando el ácido de
tus entrañas, pero en Las Honduras, una epidemia de viruelas te carcomió la
piel y las bubas te olían a excremento de caballos. Un collar de chalchihuites se rompió en una retacería
de sueños.
¡Despierta Mallinali!
José González Gálvez
Coatzacoalcos Veracruz 2015
José González Gálvez
Coatzacoalcos Veracruz 2015
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