Mudos yacen los carcomidos
labios de la Esfinge de Edipo
Walt Withman: Hojas de hierba
Edipo conoció a Esfinge en las puertas del desierto a Tebas. Sin pensarlo dos veces se propuso poseerla, pero temía las amenazas del enigma.
Entonces soñó perder los ojos y tomar a su madre como lazarillo para vencer el enigma.
Cuando despertó, Esfinge estaba a su lado completamente desnuda, con su cuerpo de leona joven y las alas primorosamente erectas.
José González Gálvez
Ciudad de Veracruz octubre de 2005
Imagen: Carla Rippey
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