Mi madre, mi
hija
Mamá,
soñé anoche
que
te encontraba
sentadita
y pequeña,
recargada
en la puerta.
“¿Qué
haces y qué buscas?”,
interrogué
temblando
y
tú me respondiste
te
estoy aquí esperando.
Te
tomé en mis brazos
y
no pesabas nada,
eras
polvo de estrellas,
mi
dócil niña triste.
Por
encima de todo,
al
abrazarte entonces
me
vino la certeza
de
una niña linda
que
nació de noche
y
quiere que la lleven
a
pasear en coche.
Ediciones
Era 2018
Imagen:
Leonora Carrington