Este
es un libro que le hormiguea a uno en las manos, que se lee de una sentada y lo
deja a uno enfebrecido, gozoso, dispuesto al amor. Si hay hombres como Eligio,
la vida merece vivirse, si hay chavos así de generosos, ojalá y volviera yo a
nacer en este país de machos con sus venganzas de corrido. Ciudades desiertas es un anti-corrido.
Si Graham Greene, Huxley
y Lawrence pasaron su mirada despiadada sobre México, ahora José Agustín
–espléndido narrador- nos muestra una mezquina, higiénica e insípida ciudad de
los Estados Unidos.
No sólo es válida la
crítica de José Agustín a los Estados Unidos, sino estrujante el descenso a los
infiernos de Eligio en busca de su mujer, Susana. Nuevo Orfeo, Eligio es un
personaje regocijante y libre, un mexicano que todo lo derrite.
Ciudades
desiertas es la primera novela verdaderamente antimachista
escrita en México, el primer intento de amar en forma rabiosa a una mujer.
Esta novela inmisericorde
y quemante como la nieve es un pedestal, un altar en el que José Agustín eleva
a la mujer, le reconoce su libertad y su espacio creador.
Elena Poniatowska
1986
1986
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