Del griego epiphaneia,
que es “aparición”, viene del término epifanía. Así de denomina en el
catolicismo a la celebración del seis de enero, cuando el niño Jesús se
manifestó por medio de una estrella a los llamados “reyes magos” o “santos
reyes” que por cierto no eran ni reyes, ni magos, ni santos.
José González Gálvez es, por lo menos, mago. Posee su religión que
son las palabras, la aparición se da con cada hallazgo de sus frases poéticas:
prosa poética: Más que contar, José dice. Describe también, y este libro se
encuentra poblado de hallazgos idiomáticos, de erudición en su referencia a
culturas lejanas, a la música, a la mitología.
Tal condición, sin embargo, no vuelve lejana ni difícil su
escritura en momento alguno. Señalada por la inteligencia, se antepone siempre,
no obstante, la epidermis, el erotismo en cada uno de sus cuentos. Aquí se
encuentra cifrada la calidez del trópico, lo mismo que la sensualidad
veracruzana en cada una de las mujeres que describe con ardor su pluma.
Heredero directo de “La musa del Papaloapan”, Josefa Murillo, la
autora de Vagando en el terruño, A una
estrella, Imagen blanca y Ecos, José González Gálvez también hace poesía,
pero sin estrofas. Escapa a todos los géneros y, por lo mismo, la suya es una
tarea renovadora de nuestras letras. En relatos brevísimos, algunos de media
cuartilla o menos, nos dice más en torno al amor y la vida que todo un tratado
filosófico. Determinado por la belleza, sibarita evidente, se regodea en su
dominio del lenguaje para entregarnos creaciones que asombran por su belleza, y
por los mundos a que puede conducirnos a través del intertexto. Así como
Veracruz ha sido puerto heroico a lo largo de la historia, González Gálvez
ejerce el heroísmo de inventar, de innovar en nuestras letras.
No sólo en Josefa Murillo, sino en todos los epígrafes que
acompañan cada cuento de los aquí incluidos, se localizan las claves del estilo
narrativo de José González Gálvez.
La mayoría son de poetas: Octavio Paz, Jaime Sabines, Eliseo Diego,
Xavier Villaurrutia, Carlos Pellicer, Mario Benedetti, Marco Antonio Mondes de
Oca. Puede deducirse que nos encontramos frente a un narrador formado por la
poesía.
La sapiencia del autor y su extraordinaria cultura dejan paso, en
ocasiones, a sorprendentes hallazgos, ya humorísticos (“Me siento inútil como
un fonógrafo descompuesto”), ya estremecedores en su profundidad (“A mi lado
Lía soñaba con un cardumen de peces ciegos”).
Bienvenida la manifestación de José González Gálvez, su aparición,
su Epifanía de mar.
Elena Poniatowska
Editorial Espiral
1997