domingo, 23 de febrero de 2020

SUEÑOS DEL VIEJO MÁRMOL QUE PERDURA


 


Parsimoniosamente, una tortuga de caparazón craquelado avanza entre los mármoles de Sounión. Las dieciséis columnas dóricas que aún se mantienen erguidas en el templo de Poseidón son lastimadas por un viento helado y el sol inclemente del Cabo. A sus pies, un mar azul profundo descansa en sus orillas, aletargado por el peso de los siglos.

     Una bandada de palomas irrumpe en el horizonte mientras las perdices se ocultan entre los Carpobrotus edulis. El viento gime en mis oídos con un dejo de dolor. Los olivos se mecen altivos, regidos en un compás de espera inacabable.

   En medio de esta magia helénica, la poesía fluye pausada, atrapando inmisericorde a los escritores como en una gigantesca tela de araña. Lord Byron sucumbió a la seducción y plasmó su rúbrica en el frío mármol del templo.

    Al desprenderse la tarde, los rayos del sol atraviesan como saetas el mármol translúcido del santuario, gestando una visión fascinante, un juego de luces portentoso. Tras el breve crepúsculo vino oscura y serena la noche que es un gran manto gélido, colmado de profundas agujas heladas que se incrustan sin piedad en la piel del aire.

     Y así, día a día, paso a paso, se forman años que se prolongan en siglos. El templo de Poseidón se mantiene incólume como un centinela provecto, impertérrito a las astillas del tiempo.

José González Gálvez 
   
Atenas Grecia, domingo 22 de septiembre de 2019

3 comentarios:

  1. Sublime trazo de grafemas libres y coordinados que insitan mi imaginación. Felicidades Pepe que delicioso es leerte.

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  2. Que bella descripción y poetica. Gracias por compartir

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  3. Bello, bello, me transporto con tus palabras.

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