…el
drama del desencantado que se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a
medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus
vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes
de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común,
de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había
cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión
de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la
pena de ser vivida.
Gabriel
García Márquez
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