La huella de su pie
es el centro visible de la
tierra.
Octavio Paz
Tus pies toco en la sombra.
Pablo Neruda
Es tarde, el horizonte
dibuja colores sepia
matices donde tus
huellas me persiguen sin sosiego.
Amo ser tu amante
clandestino
es un fetichismo
arriesgado
que supera la crisis
de un día trastocado en
nocturna noche.
Tus pies enormes me
enloquecen
me provocan tus dedos
que danzan libres, sin
prejuicios
sobre mi amor
impostergable
una llama votiva que
resplandece
en el aroma de mi
cuerpo abierto.
Quiero oler tus pies,
besarlos, lamerlos
hasta que mi boca se
ensanche como pez barbado
en movimientos
continuos, acompasados
sutil latido en tierra
fértil, humo que asciende.
En mi pupila
trastornada la luz es ciega.
Deseo que camines en mi
espalda
mapa terrestre
conquistado
cielo aplacado y
dividido
cordillera ósea hasta
el coxis.
El crujido de hojas
secas en el suelo
es polvo que se
convierte en nubes
nervaduras que parecen
osarios.
Tu dedo primero horada
el anillo que se sujeta
y no cede.
Quiero que tus dedos
como peine
acaricien mi cabellera
olorosa a cedrón
que tus pies y los míos
se tallen y entrecrucen
en un lenguaje secreto,
primitivo.
Sueño que el arco de
tus pies se amolda
a la curvatura de mis
nalgas
a mi sueño de ser tu
esclavo
a pertenecerte para
siempre
arrastrándome y seguir
tus huellas
saboreando el almizcle
que tengo pegado en la lengua.
El día derrama
luminosidad y me reconoce
sometido a tu capricho
de rey astro
mi cuerpo es un cuerpo
entregado, sumiso.
Puedes desbaratarme
reconstruirme cuando te
plazca.
En mi sueño pintado de
añil
tus pies son la saeta
que me atraviesa
una vez más hasta el
infinito.
Junio de 2015